Existen sobrados argumentos que justifican la “desparasitación al destete”, entre los que se destacan:
- La necesidad de eliminar los parásitos acumulados durante la cría
- Mejorar la respuesta inmunitaria ante el estrés que produce el destete
- La alta susceptibilidad de esta categoría a las parasitosis cuando inician la recría
- El clima favorable en otoño-invierno para el desarrollo de las lombrices
- La importancia productiva y el efecto subclínico de los parásitos
Por lo tanto “no existen dudas” que los destetes deben ser desparasitados
Pero, en virtud de la amplia distribución de resistencia a los antihelmínticos, la duda es: CON QUÉ DEBEN SER DESPARASITADOS?
Para tratar de esclarecer esta pegunta, se debe mencionar que:
- Existen muy pocas comunicaciones de resistencia en los sistemas de cría. Aunque nuestra experiencia señala que es menor en frecuencia e intensidad. Debido a que los animales adultos –principal categoría del sistema- se desparasitan circunstancialmente y particularmente con endectocidas. De manera que, estaría condicionada por la aplicación de tratamientos en verano en terneros al pie, cuando el refugio parasitario es muy escaso, ejerciendo una alta presión de selección.
- Por lo tanto, al igual que en las recrías, el desarrollo de resistencia tiene una alta correlación con el uso abusivo e innecesario de los antihelmínticos, por lo que se presenta como un problema de manejo del recurso terapéutico.
- Alcanza principalmente a las avermectinas por su utilización casi exclusiva en sistemas de cría, con escasa participación de benzimidazoles.
- Una vez establecida la resistencia en la población de parásitos del establecimiento, las posibilidades de reversión son remotas por lo que es importante “preservar” la eficacia de los antiparasitarios, utilizándolos apropiadamente
De manera que, mientras se desconozca el estatus de resistencia a los antihelmínticos en cada establecimiento ganadero, el tratamiento al destete -tanto en terneros de compra como de propia producción- debería realizarse con principios activos que todavía no han presentado problemas de resistencia (ej. Levamisole y Monepantel). Esto tiende a eliminar la infección parasitaria de los animales y también, evitar el ingreso de poblaciones resistentes (sobrevivientes al tratamiento) a las pasturas de recría.
En este contexto, resulta imperioso para cada establecimiento en particular, determinar la eficacia de los diferentes antiparasitarios para poder seleccionar los compuestos adecuados e incluirlos en un programa racional de control en los sistemas de cría y recría/invernada de vacunos.
En tal sentido, los veterinarios cuentan con la metodología de diagnóstico apropiada, como es el TRCH (test de reducción del conteo de huevos en materia fecal) que generalmente se realiza a los 2-3 meses pos-destete (cuando se elevan los conteos de HPG).
También, disponen de la metodología para implementar los seguimientos parasitológicos de tropas con el objetivo de establecer la oportunidad de los tratamientos…..
En esta actividad vetparasite.app puede ser una herramienta de utilidad para la toma de decisiones profesionales
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